La educación tiene el poder de abordar desafíos sociales cuando se apoya en un esfuerzo colaborativo entre el gobierno, la empresa privada.
Al aprovechar estos recursos, las iniciativas educativas pueden adaptarse para satisfacer las necesidades específicas de las comunidades.
El conocimiento de los profesionales asegura que los programas educativos estén basados en la experiencia, y la inteligencia artificial puede ofrecer experiencias de aprendizaje personalizadas y conocimientos basados en datos.